La semana pasada nos acercamos a la feria de arquitectura Architect@work, donde vimos y escuchar charlas y estands muy interesantes y, a la vez, preocupantes. Concretamente, las ponencias en cuestión estaban enfocadas a la arquitectura sostenible.

En este artículo te presentamos algunas de los datos más relevantes de la jornada.

Architect@Work: «Arquitectura de mínimo impacto»

La primera sesión que vimos era a cargo de Jade Serra Alcina de Slow Studio.

Serra explicó cómo los expertos en el cambio climático han planteado 8 escenarios diferentes segundos los cambios que basura desde hoy mismo. Si seguimos en la línea de “Business As Usual”, cuando nuestras criaturas se hagan grandes, la vida en la Tierra será extremadamente dura. Este sería el escenario C8. Para tener alguna posibilidad de sobrevivir, a pesar de seguir con catástrofes climáticas, acequias fuertes, aumento de precios, etc., tenemos que conseguir estar al C1.

Por primera vez la Unión Europea regula no solo la eficiencia climática de los edificios, sino también el concepto de “carbono embebido”, es decir, qué contaminación ha generado este edificio durante la extracción, producción, transporte, instalación, etc. de los materiales que lo conforman.

Todo material que su procesamiento posterior sea otro diferente a devolver en la Tierra de formar natural, tendrá costes inasumibles, tanto económicos como medioambientales.

«Pasamos una media de veintiséis años de vida durmiendo, momento en que la mayor parte de nuestras células se regeneran (por ejemplo la piel se “rehace” en un 90% durante la noche)». Diseñar habitaciones con materiales que emiten COV o materias tóxicas (como muchos tipos de metales, pinturas, aislamientos de plástico, etc.), puede llegar a ser  “negligencia profesional”, tal como lo califica la Jade Serra.

Architect@Work: «Descarbonización de la arquitectura»

El arquitecto Albert Cuchí, miembro del COAC y de diferentes asociaciones de sostenibilidad dentro de la arquitectura, hizo esta charla con una perspectiva más estratégica sobre lo que se está haciendo, lo que se quiere hacer y lo que se hará.

«España depende en un 80% de energía importada otros países», comentaba ya al inicio Albert Cuchí. El parque edificado actual es extremadamente deficiente en cuanto a eficiencia energética. Estamos hablando que el 80% de los edificios son de clase E. Los números aportan claridad:

• Si rehabilitamos todo el parque edificado del país, dejaremos de depender de energía externa, cosa que a largo plazo significaría un gran ahorro de dinero. Albert animaba en todos los estudios de arquitectura a no perder la pista, puesto que supondría unos beneficios medioambientales y económicos muy interesantes.
• El hormigón es uno de los materiales que más CO2 emite durante su ciclo de vida. Es por eso que ha llegado el momento de acostumbrarnos a buscar alternativas.
• Existe una necesidad actual de saber mesurar el potencial de calentamiento global de un edificio (Global Warming Potential), se necesitará para hacer las certificaciones tanto de obra nueva como de adecuación.
• De cara al 2027 – 2033, los inmuebles que se quieran vender o alquilar tendrán que “subir” una letra en la escala de la eficiencia energética.

Nos encontramos en un escenario complicado, con muchos cambios y mucha incertidumbre. Aun así, si nos lo proponemos, entre todos y todas podemos ayudar a construir un planeta más sano, más justo y más sostenible.