«Cómo trabajar feliz», entrevista de Disnòrdic a Anna Fornt
Hace unas semanas Disnòrdic entrevistó a Anna Fornt, directora de Grup Efebé, para conocer cómo trabajar feliz en el siglo […]
04/05/2022
Grup Efebé
Entrevistamos a la arquitecta Marta del Río. Tiene cuarenta y un años y es madre de dos niñas. Trabaja en la empresa Grup Efebé. Todos los proyectos que pasan por sus manos son un éxito. Combina desde antes de la pandemia el trabajo presencial con el teletrabajo, dada la flexibilidad que supone su cargo como arquitecta Project Manager. Tal como ella nos explica, se considera una persona honesta, sociable y con constantes ganas de aprender.
Yo no era una niña como otras que desde que eran pequeñas ya lo tenían muy claro. De hecho, cuando tenía cinco años quería ser peluquera. Cuando cursaba BUP (Bachillerato Unificado Polivalente) ya empecé a pensar qué me gustaba hacer. Me gustaban las disciplinas tanto de humanidades como de ciencias y, realmente, la arquitectura es una profesión holística, que alcanza todos estos tipos de conocimiento, desde la tecnología, el arte, la estética, la composición o la filosofía. Pensé que se acercaba mucho a lo que me gustaba.
Siempre acostumbro a mirar mis arquitectos de referencia. Esto de las películas que de golpe estás sentado y te venden las ideas, no funciona así. Una tiene un bagaje después de muchos años de ver y leer y te vas haciendo tus mapas, tus ideas y estas quedan a tu memoria. Siempre sabes donde tienes que ir a mirar.
Ha influido mucho la arquitectura moderna del siglo pasado, que es sincera y muy pura. De hecho, esta arquitectura es esencial, sin ornamentos y añadidos, que representa claramente la honestidad en los proyectos. Los principios que tendrían que regir los proyectos son la economía, el rigor, la calidad de ejecución y la universalidad.
La arquitectura tiene que poner las personas en el centro de los proyectos, dado que los espacios en los cuales habitamos, trabajamos o aprendemos son nuestra quinta piel, y su configuración y materiales influyen directamente en nuestra salud.
Para mí el objetivo es mejorar el bienestar de todas las personas y su salud, tanto a escala pequeña, como pueda ser con una vivienda, como gran escala con un urbanismo que tenga en cuenta las personas y la movilidad sostenible.
A mí me encanta bailar. Desde muy pequeña he bailado. He hecho ballet clásico, jazz, salsa, swing y, los últimos años, estoy haciendo flamenco. De hecho, hago actuaciones y voy a clase cada semana. También me gusta mucho escuchar música y escaparnos con mi familia a visitar nuevos lugares de forma improvisada con la furgoneta.
Cuando tenía veintisiete años colaboré en un proyecto de viviendas plurifamiliares de protección oficial. Cómo comentaba antes, entiendo la arquitectura como una función para las personas para mejorar su calidad de vida. Este tipo de viviendas son accesibles para todo el mundo, son para personas como nosotros. Hacer unas viviendas que sean de calidad, que tengan un buen asoleo, que tengan ventilación cruzada, que tengan unas calidades estándares y las personas puedan sentir confort igual que otras que tengan más poder adquisitivo, es importantísimo y estoy muy orgullosa del resultado de este proyecto. Además, con los recursos económicos que teníamos, que eran mucho más exiguos que con cualquier otro proyecto estándar de promoción privada.
Otros proyectos muy interesantes fueron las colaboraciones en los edificios de investigación biomédica y facultad de la Universitat de Lleida para potenciar la innovación y la investigación en nuestro territorio.
Una anécdota de hace pocos meses, en la feria de Fundació Tr@ms de este año 2022, chicos y chicas de la escuela donde tuvo lugar, reconocían que les haría más ilusión ir a la escuela si tuviera el aspecto de los espacios que veían en nuestros proyectos. De hecho, uno de los últimos proyectos que hemos realizado el equipo de Grup Efebé en la escuela Maria Ward plasma un concepto que considero esencial. Los centros educativos los tenemos que percibir desde un punto de vista holístico, de acuerdo con las nuevas metodologías. El patio escolar de este centro lo hemos adecuado para que sea un espacio de recreo pero también un entorno de aprendizaje más.
Realmente no lo sé, yo supongo que la tecnología y las herramientas informáticas avanzarán todavía mucho más y se conseguirán resultados espectaculares. Sin embargo, yo cuando planteo un proyecto lo pienso en papel, con lápiz, con sulfurizados y con esquemas manuales. Pensar con el ordenador de momento no lo concibo.
En cuanto al diseño de espacios debemos tener unos valores que sean universales, que no varíen como las modas. Así lo único que obtenemos es que los proyectos que hacemos como arquitectas tengan una obsolescencia programada. Es cierto que se tienen que renovar, pero a la vez, hay que tener una composición unitaria, armónica, que la idea de proyecto prevalezca aunque le cambies los colores, las texturas y los materiales.
En los últimos años me he dedicado bastante en el sector educativo, es un sector que me apasiona porque justamente la formación y la educación de los niños y niñas son algunos de los temas más importantes para que crezcan con valores, con conocimientos, y empoderados para todo lo que les pueda venir en el futuro. Nosotros como arquitectos creo que podemos ayudar mucho a las escuelas y centros educativos a plasmar sobre el papel y sobre los espacios sus proyectos pedagógicos; estamos para ayudarlos y acompañarlos en este camino.
En cuanto a las tendencias, ahora se vuelve a trabajar la filosofía de Maria Montessori, trabajando con tejidos, centros de interés, espacios de libre circulación, entre otras. Si le queremos llamar tendencias pues decimos tendencias, pero esto son estudios que han hecho profesionales del sector ya hace muchos años, que están probados y que han funcionado. Son diferentes maneras de aprender, unas más vivenciales u otros como hacíamos nosotros cuando íbamos a la escuela y aprendíamos más con fichas y libros, no desde la vertiente de la experiencia.
A pesar de que yo hace unos meses me fui a vivir fuera de mi ciudad, continúo siendo una enamorada de Barcelona. El urbanismo, la planificación que hay detrás más allá del ensanche (Pla Cerdà), la encuentro un conjunto muy armónico. Mi ciudad me gusta por muchas razones, el talón de fondo del Tibidabo, con el mar a sus pies, tiene una situación geográfica privilegiada. El turismo de los últimos años está haciendo mucho daño y está produciendo gentrificación, mucha gente de toda la vida está siendo expulsada debido al aumento de los precios de los pisos y obligada a dejar su casa.
De edificios diría muchos, pero el Palau Güell, situado en la Calle Nuevo de la Rambla, es una vivienda burguesa donde todos los rincones están pensados, tiene unos detalles muy orgánicos y los espacios son muy agradables.
Cada mes contaremos con una profesional. Este mes de mayo entrevistamos a la arquitecta Marta del Río, presta atención a las próximas entrevistas.
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