El pasado 25 de noviembre, en el marco de la Barcelona Design Week 2020, Grupo Efebé organizó un taller de co-creación online, en colaboración con la Facultad de Ciencias de la Salud Blanquerna, IrsiCaixa Living lab de Salud, TSR – Edificios Positivos y con la Vall d’Hebron Institut de Recerca (VHIR), con el objetivo de redefinir el modelo de atención de las personas mayores en las residencias a partir de la pregunta ¿Cómo serán los espacios donde vivir cuando seamos mayores?
Desde entonces hemos estado trabajando para recopilar todas las ideas e información que van surgiendo entre los participantes, tanto en la fase de brainstorming como en la fase final de proceso de co-creación. Todas ellas nos han llevado a destacar los temas relevantes y para identificar y definir los retos que se nos plantean para avanzar en este campo.
¿Hacia dónde tenemos que ir?
La primera conclusión que extraemos de este taller de co-creación es que hay una perspectiva transdisciplinar y transdepartamental a partir de las cuales se podrá contemplar la complejidad de elementos que configuran el diseño de estos espacios, que no sólo se entienden como edificios, sino como espacios de vida.
Así pues, las diferentes dimensiones identificadas alrededor de estos espacios vitales, destacan que:
- Deben ser espacios que contemplen la diversidad de modelos; espacios intergeneracionales en un mismo edificio, pisos con apoyo asistencial, centros de día y centros residenciales.
- Deben ser espacios abiertos en el barrio que ofrezcan servicios básicos (ludotecas, comedores sociales, comercios de proximidad, guarderías …), y que permitan conexión con el entorno y la comunidad.
- Deben estar bien conectados con la red de transporte público o disponer de vehículos llençadera con alta frecuencia.
- Deben ser viviendas o centros que faciliten la interacción entre personas con espacios comunes y espacios compartidos con otras generaciones, combinados con espacios privativos que preserven la intimidad.
- Deben estar regidos por programas que contemplen la experiencia y el talento de los residentes, por la toma de decisiones del día a día, así como el desarrollo de programas de formación de gente joven impartidos por personas mayores expertos en diferentes ámbitos de conocimiento, para favorecer su empoderamiento.
- Deben ser espacios que disponen de nuevas tecnologías que faciliten la autonomía para las actividades básicas de la vida diaria, las relaciones dentro y fuera del centro, el uso de herramientas digitales para las actividades terapéuticas dirigidas, y la prestación de servicios del hogar mediante mobiliario y electrodomésticos inteligentes (internet de las cosas).
- Deben estar gestionados con normas, políticas y financiaciones co-definidos con la participación de los residentes, que garanticen la equidad y la sostenibilidad en su gestión.
- Deben ser entornos que respeten los valores, la diversidad cultural y de género, la espiritualidad y la manera de pensar de todas las personas residentes.
- Deben disponer de servicios que faciliten y promuevan un envejecimiento saludable, con espacios para la práctica deportiva y la actividad física dirigida, con participación de los residentes en las actividades diarias para el funcionamiento del centro (cocina, lavandería, jardinería, economía …), así como en las actividades de estimulación cognitiva.
- Deben disponer de un equipo de profesionales con un modelo de atención que promueva la autonomía y la colaboración entre las diferentes disciplinas, los usuarios y las familias.
Centrándonos en las características del edificio, como espacio arquitectónico, se distinguen los siguientes aspectos:
- Deben ser edificios funcionales, distribuidos en módulos adaptables que permitan modificar la estructura, para ofrecer una respuesta individualizada en función de las situaciones y necesidades de cada residente, y sectorizar en situaciones críticas de emergencia (pandemias, incendios …).
- Deben ser edificios con instalaciones sostenibles que promuevan la eficiencia energética para mantener una temperatura, ventilación e iluminación apropiadas para el confort de los residentes. Y deben estar diseñados con materiales que por una parte, garenteixin la limpieza, desinfección y los requisitos técnicos y sanitarios, y que por la otra, ofrezcan un entorno confortable, cálido y cercano al sentimiento de pertenencia en el hogar.
- Deben disponer de espacios de convivencia acogedores, que permitan actividades sociales, terapéuticas y de ocio, combinados con espacios personales con posibilidad de diversidad de diseños según las prioridades, necesidades y gustos de las personas que los ocupen.
- Deben disponer de espacios abiertos (patios, jardines, terrazas, huertos …), seguros, que los mantengan activos, donde se puedan desarrollar actividades saludables, y que promuevan su salud física y mental.
- Deben disponer de comedores, salas y otros espacios comunes pero de uso individual, que faciliten la conexión con el círculo social y familiar, y así, evitar el aislamiento y la percepción de soledad.
- Deben disponer de espacios de culto interreligioso, meditación y silencio.
Los retos son grandes y diversos, el proceso de trabajo continúa para desarrollar cada ámbito con más profundidad. La primera fase, la identificación, ya está hecha, y contamos con las ganas y con un equipo de trabajo que nos ayudará a alcanzarlos.